Histórico de efemérides

13 de enero de 2015

J'accuse..!



Tal día como hoy, en 1898, se publicaba en París el artículo J’accuse…! de Émile Zola, donde se se defendía al militar judío Alfred Dreyfus, injustamente acusado de espionaje.

¿Y por qué tanto revuelo por una publicación periodística sobre un caso que no había despertado particular emoción? Pues porque Zola sacó a relucir una faceta muy dura de los habitantes la Tercera República Francesa: el antisemitismo.

Tocó una fibra sensible, removió muchas conciencias, generó debate y odios y amores por igual (los sectores aludidos lo denunciarían y ello desembocaría en multas económicas y el exilio).


El caso Dreyfus, "l'affaire Dreyfus" antes de esta publicación se puede resumir en la búsqueda de un espía francés que pasaba secretos a los alemanes. Las investigaciones y el juicio condenaron a militar judío, Alfred Dreyfus (que había nacido en la Alsacia francesa y que la abandonó cuando Alemania se la incorporó en 1871). Hasta aquí normal, si no fuera porque hubo irregularidades manifiestas y actitudes claramente antisemitas por los miembros de la comisión y el tribunal. El hermano de Dreyfus intentaba una revisión del caso comentando todas estas irregularidades cuando Zola publicó su artículo.
Una vez se publicó, al caso Dreyfus se le pasó a llamar "l'Affaire" y tras varias idas y venidas, terminó con la rehabilitación del militar ¡en 1906! y procesando al verdadero espía.


Sobre el asunto del antisemitismo: en Europa, desde tiempos antiguos se han les han expulsado, perseguido y hecho mil barbaridades. Los motivos son variopintos: desde los económicos (si expulsas al que le debes dinero, tu deuda pasa a estar condonada) hasta los sociales (al formar un grupo cerrado, podían parecer un elemento hostil para el resto de la sociedad). También ayudaba que eran una víctima fácil pues no se les solía defender desde el poder.
Sin embargo, en la Francia de finales del siglo XIX se tendía a potenciar la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, donde se explicaba, entre otras cosas, que todos los hombres eran iguales. A finales del XIX se viven oleadas de nacionalismos que son de lo más excluyente y reaccionario que hay (esto es válido en general). Y claro, los judíos eran víctimas fáciles y en los círculos más conservadores (el ejército era uno de ellos) eran muy mal vistos.
Seguro que Dreyfus no fui ni el primero ni el último judío vilipendiado en esa época en Francia, pero fue su caso, la pluma de Zola y el terremoto de su publicación lo que hizo poner delante de las narices a muchos una realidad que se tendía a mirar a otro lado.


Este artículo, publicado en el diario La Aurora (cuyo redactor era un personaje llamado Georges Clemenceau) ayudó a dar el salto al Cuarto Poder al primer plano política y social. Nunca antes en Francia una publicación había generado tanta controversia. El poder de la prensa, tanto para bien como para mal, se consolidó y se hizo patente que una nueva manera de llegar, influir y ayudar a la población se había instalado entre las estructuras de la sociedad.


La foto está tomada en la parisina calle de Notre Dame des Champs a la altura del número 37.


Para saber más: Zola, Émile, Yo acuso o La verdad avanza : el caso Dreyfus, El Viejo Topo.

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