Tal día como hoy, en 1969, moría en Praga Jan Palach, el estudiante checoslovaco (hoy día checo) que se quemó a lo bonzo ante la asfixia que las tropas del Pacto de Varsovia infringían a la población y las libertades.
La Primavera de Praga fue una experiencia maravillosa que empezó el 5 de enero de 1968 y que consistía, a grandes rasgos, en crear un "socialismo con rostro humano".
A diferencia de la experiencia húngara, que pretendía acabar con el sistema, los checoslovacos pretendieron una "tercera vía" ante el capitalismo occidental y el (desacreditado ya) modelo soviético. El programa de reformas incluían el aumento de las libertades de prensa y expresión, el multipardismo, reducir la influencia de la policía secreta, fomentar el intercambio de bienes de consumo (mediante una mezcla de políticas planificadas y de mercado) o recompensar a los trabajadores eficientes.
A diferencia de la experiencia húngara, que pretendía acabar con el sistema, los checoslovacos pretendieron una "tercera vía" ante el capitalismo occidental y el (desacreditado ya) modelo soviético. El programa de reformas incluían el aumento de las libertades de prensa y expresión, el multipardismo, reducir la influencia de la policía secreta, fomentar el intercambio de bienes de consumo (mediante una mezcla de políticas planificadas y de mercado) o recompensar a los trabajadores eficientes.
¿Y qué pasó? Pues que a los dirigentes de la URSS este "experimento" les pareció muy peligroso, pues era tener el enemigo en casa, y al bloque occidental tampoco le convencía que se le diera mucha propaganda porque podía ser un adversario más terrible que el inoperante socialismo soviético.
Solo cuando, el 20 de agosto de 1968, fuerzas armadas del Pacto de Varsovia (invocado por la URSS) entraron en Checoslovaquia para ocuparla militarmente, se produjeron reacciones de protesta en muchos países. Protestas que no llevaron a mucho, pues tampoco nadie quería jugarse una guerra u invasión por un asunto "interno" del bloque soviético.
Tras la claudicación checoslovaca, se impuso un régimen al gusto de Moscú, que intentó "reconducir por el buen camino" a los checoslovacos: volvió la censura, la policía secreta, la falta de libertades,...
Solo cuando, el 20 de agosto de 1968, fuerzas armadas del Pacto de Varsovia (invocado por la URSS) entraron en Checoslovaquia para ocuparla militarmente, se produjeron reacciones de protesta en muchos países. Protestas que no llevaron a mucho, pues tampoco nadie quería jugarse una guerra u invasión por un asunto "interno" del bloque soviético.
Tras la claudicación checoslovaca, se impuso un régimen al gusto de Moscú, que intentó "reconducir por el buen camino" a los checoslovacos: volvió la censura, la policía secreta, la falta de libertades,...
Y, en estas circunstancias, un joven de 21 años, estudiante universitario, convencido de la acción que iba a tomar, se plantó en la Plaza de Wenceslao a las 14:30 del 19 de enero de 1969, se roció con gasolina, se prendió fuego y murió; dejando escrita la siguiente carta sin destinatario:
“Debido a que nuestras naciones se encuentran en un estado de desesperanza y resignación hemos decidido manifestar nuestra protesta y despertar al pueblo de este país. Yo tuve el honor de que me tocara el número uno y presentarme como la primera antorcha”
La foto está tomada en la fachada de la Facultad de Filosofía de Praga que mira al río Moldava (Elba).
Para saber más: Martín de la Guardia, R. M (el al.), La Europa del Este, de 1945 a nuestros días, Síntesis.
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