Tal día como hoy, en 1815, desembarcaba en Golfe-Juan (Francia) Napoleón Bonaparte, volviendo de su exilio en la isla de Elba.
Para las potencias vencedoras de las Guerras Napoleónicas este regreso les provocó el mismo impacto que, en "El Resplandor", cuando Jack intenta entrar en el baño hacha en mano. El enano había vuelto.
La situación no deja de tener su gracia: en la Viena imperial con sus magníficos palacios deslumbrantes, embajadores, diplomáticos y altas esferas que hacía no mucho le lamían las botas a Napoleón y sus subordinados, ahora sacaban pecho y se disponían a reorganizar el mundo a su antojo.
Y, claro, quien fue cobarde una vez puede serlo dos. Así que debieron de ponerse a gritar como marranos camino del matadero y rezando a todos los dioses conocidos y por conocer porque no los pillasen por banda las tropas francesas. Solo monstruos de la diplomacia como Metternich o Talleyrand podían sentarse a fumarse un puro y beberse una copa de cognac.
La situación no deja de tener su gracia: en la Viena imperial con sus magníficos palacios deslumbrantes, embajadores, diplomáticos y altas esferas que hacía no mucho le lamían las botas a Napoleón y sus subordinados, ahora sacaban pecho y se disponían a reorganizar el mundo a su antojo.
Y, claro, quien fue cobarde una vez puede serlo dos. Así que debieron de ponerse a gritar como marranos camino del matadero y rezando a todos los dioses conocidos y por conocer porque no los pillasen por banda las tropas francesas. Solo monstruos de la diplomacia como Metternich o Talleyrand podían sentarse a fumarse un puro y beberse una copa de cognac.
El trayecto de Golfe-Juan a París fue un paseo triunfal para Napoleón. A cada paso que daba se le iban uniendo más y más soldados. Desembarcó con 600 y llegó a París con miles. Incluso Ney que fue a su encuentro con la firme convicción de arrestarlo, se pasó al bando de su antiguo emperador y jefe militar.
Las causas de una predisposición a readmitirlo en el poder por parte de gran parte de la población francesa son varios, pero de los que más peso tienen fueron:
1) La poca delicadeza con la que se había tratado a Francia por parte de las potencias vencedoras, que rapiñearon lo que pudieron tanto territorios como concesiones para engordar sus arcas.
2) La torpeza de la restauración borbónica, cuyo rey se creía que con hacer borrón y cuenta nueva se iba a volver a la situación dorada para la monarquía previa a la Revolución Francesa (el creer que las crisis profundas no dejan huella no es error achacable solo a nuestros gobernantes).
3) Napoleón había llevado la paz a Francia a costa de batallar en territorios lejanos (Egipto, Austria, Rusia,...). Esa sensación de seguridad no tiene precio y, de repente, la amenaza de una agresión extranjera en el propio suelo era una posibilidad. Eso es algo que no le gusta a nadie.
4) El trato dado a los militares franceses tampoco fue el más condescendiente. Tanto a los que estaban en Francia como a los que fueron volviendo tras haber sido prisioneros de guerra.
5) La sociedad había cambiado y ahora exigían derechos como votar o la libertad de prensa (lo normal cuando has catado esos derechos básicos del individuo y la sociedad). Eso chocaba con la filosofía reaccionaria del nuevo orden europeo.
6) Por supuesto, había problemas económicos y sociales graves que buscaban una figura que los solucionara. Y cuando apareció Napoleón las esperanzas se dispararon. Era una especie de "salvador de la patria".
Las causas de una predisposición a readmitirlo en el poder por parte de gran parte de la población francesa son varios, pero de los que más peso tienen fueron:
1) La poca delicadeza con la que se había tratado a Francia por parte de las potencias vencedoras, que rapiñearon lo que pudieron tanto territorios como concesiones para engordar sus arcas.
2) La torpeza de la restauración borbónica, cuyo rey se creía que con hacer borrón y cuenta nueva se iba a volver a la situación dorada para la monarquía previa a la Revolución Francesa (el creer que las crisis profundas no dejan huella no es error achacable solo a nuestros gobernantes).
3) Napoleón había llevado la paz a Francia a costa de batallar en territorios lejanos (Egipto, Austria, Rusia,...). Esa sensación de seguridad no tiene precio y, de repente, la amenaza de una agresión extranjera en el propio suelo era una posibilidad. Eso es algo que no le gusta a nadie.
4) El trato dado a los militares franceses tampoco fue el más condescendiente. Tanto a los que estaban en Francia como a los que fueron volviendo tras haber sido prisioneros de guerra.
5) La sociedad había cambiado y ahora exigían derechos como votar o la libertad de prensa (lo normal cuando has catado esos derechos básicos del individuo y la sociedad). Eso chocaba con la filosofía reaccionaria del nuevo orden europeo.
6) Por supuesto, había problemas económicos y sociales graves que buscaban una figura que los solucionara. Y cuando apareció Napoleón las esperanzas se dispararon. Era una especie de "salvador de la patria".
Es cierto que este desembarco no inicia los "Cien Días", que se empiezan a contar a partir de la entrada de Napoleón en París, el 20 de marzo, pero la rendición incondicional de la ciudad a Napoleón estaba ya decidida según pisó suelo francés el uno de marzo.
Toda gran obra, aunque dure "cien días", empieza con un pequeño gesto como bajarse de un barco y dar unos pasos en tierra firme.
El desenlace de esta aventura lo dejo para otra entrada en este blog con motivo de los 200 años del suceso.
Toda gran obra, aunque dure "cien días", empieza con un pequeño gesto como bajarse de un barco y dar unos pasos en tierra firme.
El desenlace de esta aventura lo dejo para otra entrada en este blog con motivo de los 200 años del suceso.
La foto está tomada en el Arco de Triunfo de París.
Para saber más: Bergueron, L., La época de las revoluciones europeas 1780-1848, Siglo XXI.
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